Tía Melitona y El Tragaldabas, antiguas atracciones de feria para niñ@s |
Érase una vez una abuelita
que vivía sola con sus tres nietas. A la mayor la mandó a lavar, a la mediana a
fregar y a la pequeña a buscar agua. Y para que volvieran pronto les dijo:
- Cuando volváis
os dejaré bajar a la bodega a comer pan y miel.
Al regresar la más pequeña dijo:
- Abuela, ya estoy aquí.
- Está bien,
puedes bajar a la bodega a comer pan y miel.
Pero al entrar en la bodega se encontró con
el tragaldabas que le dijo:
-"Pequeña, por
pequeña,
no vengas acá,
que soy el tragaldabas
y te voy a tragar".
La niña no le hizo caso y entró en la bodega.
El tragaldabas hizo ¡aum! y se la tragó.
Volvió la que había ido a fregar y dijo:
- Abuela, ya estoy
aquí.
- Está bien,
puedes bajar a la bodega a comer pan y miel. Corre porque si no tu hermana se
lo comerá todo.
Entró la niña en la bodega y el tragaldabas
le dijo:
-"Mediana, por
mediana,
no vengas acá,
que soy el tragaldabas
y te voy a tragar".
Tampoco hizo caso, entró y el tragaldabas
haciendo ¡aum! se la tragó.
Regresó la que había ido a lavar y dijo:
- Abuela, ya estoy
aquí.
- Está bien,
puedes bajar a la bodega a comer pan y miel. Date prisa porque si no tus
hermanas se lo van a comer.
Bajó a la bodega y el tragaldabas le dijo:
-"Mayor, por mayor,
no vengas acá,
que soy el tragaldabas
y te voy a tragar".
Tampoco le hizo caso y haciendo ¡aum! el
tragaldabas se la tragó.
Al ver que tardaban mucho en subir, la abuela
dijo:
- ¡Sí que tardan
mis nietecitas!
Y bajó a la bodega a ver qué pasaba. Al
verla, le dijo el tragaldabas:
-"Abuela, por abuela,
no vengas acá,
que soy el tragaldabas
te voy a tragar".
La abuela, que ya sabía quién era el
tragaldabas, tuvo miedo y no entró. Volvió arriba y se puso a llorar a la
puerta de su casa.
Al verla un carretero que por allí pasaba le
dijo:
-¿Por
qué llora, abuela?
- ¡Ay, señor! En
la bodega está el tragaldabas y se ha tragado a mis nietecitas.
- No se preocupe,
yo se las traeré de nuevo, dijo el carretero.
Bajó el hombre a la bodega y el tragaldabas
le dijo:
-"Carretero,
carretero,
no vengas acá,
que soy el tragaldabas
y te voy a tragar".
El carretero no le hizo caso y entró. El
tragaldabas haciendo ¡aum! se lo tragó.
Cuando la abuela vio que el carretero no
regresaba se puso a llorar otra vez y una hormiga que por allí pasaba le
preguntó:
-¿Por
qué llora, abuela?
- ¡Ay, hormiguita,
si tú supieras...! A mis tres nietecitas se las ha tragado el tragaldabas y a
un carretero que quiso ayudarme, también.
- ¡Ese tragaldabas
no me da ningún miedo!, respondió la hormiguita. Ahora
mismo se va a enterar.
Al verla el tragaldabas le dijo:
-"Hormiga, por
hormiga,
no vengas acá,
que soy el tragaldabas
y te voy a tragar".
La hormiga le contestó:
-"Yo soy la
hormiguita
de mi hormigal,
que te pego un mordisco en
el culo
y te hago bailar".
La hormiga dio entonces un salto y se puso
encima del tragaldabas y empezó a morderlo. Hasta que el tragaldabas soltó a
las tres niñas y al carretero.
Subieron todos muy contentos y al verlos la
abuela dijo:
- ¡Ay,
hormiguita! ¿Cómo te lo podré pagar? ¿Quieres una talega de trigo?
La hormiga le respondió:
- "No cabe tanto
en mi taleguillo,
ni muele tanto
mi molinillo".
- Entonces, ¿media
talega?, le
preguntó la abuela.
La hormiga le contestó:
- "No cabe tanto
en mi taleguillo,
ni muele tanto
mi molinillo".
- ¿Quizás una
docena de granos?, insistió
la abuela.
La hormiga le volvió a contestar:
-"No cabe tanto
en mi taleguillo,
ni muele tanto
mi molinillo".
- ¿Quieres un grano de trigo?,
preguntó la abuela.
La hormiga muy contenta le respondió:
-"Eso sí cabe
en mi taleguillo,
y lo puede moler
mi molinillo".
Fuente popular.
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