Marizampa. Marcel Félix |
La Marizampa. Las
marizampas son criaturas de leyenda compartidas por ambas castillas. Presente
en nuestra provincia en municipios del Campo de Calatrava: Bolaños, Almagro,
Granátula, Valenzuela, Aldea del
Rey, Calzada de Calatrava…: “Son mujeres robustas, en ocasiones deformes, encorvadas
y de grandes garras y rostros execrables. Viven en guaridas ocultas en bosques
y humedales, de donde sólo salen cuando la desesperación las lleva a necesitar
alimentarse de algún niño. Su aislamiento y su desgraciada infancia las
convierten en seres rencorosos deseosos de destruir la vida de todos los niños
y madres de la región. Sin embargo, en ocasiones, un instinto se despierta en
su interior y algo la llama a secuestrar una niña a la que cuida bajo su
deformado concepto de maternidad. Será una nueva Marizampa”.
Una informante de Almagro cuenta
lo siguiente: “de pequeña, aunque no recuerdo muy bien, también nos asustaban con
si no te duermes va a venir la Marizampa y te va a llevar”.
Nadie sabe cuál fue el origen de
la primera Marizampa, pero se sospecha que al igual que ellas robaba niños para
devorarlos. La primera Marizampa fue alguna niña perdida o secuestrada que,
intentando vivir la maternidad de la que nunca disfrutó, comenzó a secuestrar
niñas y a criarlas junto a ella en lamentables condiciones.
Marauña, la Mariuña. En
Castellar de Santiago, perversa entidad femenina que vivía en los pozos, con
largas y disformes uñas que le servían para enganchar y arrastrar a los niños.
En otros pueblos se la conoce por
Mariuña o Maruña. La informante solanera: “…cuando niña, la imaginaba como un pájaro”.
Una informante de la comarca de Almadén afirma “…habita en los pozos para que
no se asomen los niños... la Maruña, me la imaginaba como una especie de pulpo”.
En Puertollano y otros pueblos del Campo de Calatrava, “...ser acuático que
amenaza continuamente a las criaturas desde el fondo de las pozas y tablas”.
Brujas. La Bruja Caperuja. Entraba
en las casas y se llevaba a los niños que se portaban mal a su escondite en el
bosque, los convertía (¿en animales?) o los cocinaba y se los comía. Presente en
toda La Mancha. La Bruja Piruja. Coco
hispano. Entraba en las casas por la chimenea y se llevaba a los niños a su
casa, donde se los comía; se utilizaba para que los niños se durmiesen.
Presente en toda La Mancha. La Bruja Rebruja. El
poeta Tomás Segovia habla de ella en La Canción de las Brujas:
“La
Bruja Rebruja montada en su escoba
por
todos los rincones a la vez de la alcoba
miraba
y miraba
y
se le caía la baba.
Vieja
revieja rebruja mujeruca
pero
siempre está detrás de tu nuca
y
nunca jamás ninguno la ha visto
ni
el más listo relisto.
La
Bruja golosa amarilla y flaca
con
su ji, ji, ji
y
su je, je, je
y
su ja ja jaula
y
su qué te como y que no te como
y
enseña el meñique si estarás ya gordo”.
Presente en toda La Mancha.
La Bruja Pirulí. También
la Vieja Pirulí. Coco hispano. Aparece en La
Canción de las Brujas del poeta Tomás Segovia:
“La
Bruja Pirulí
de
día no hablaba
de
noche sí
jugaba
de día
de
noche hacía así”.
También aparece en “La
Bruja”, una canción de Vainica Doble (1970):
“Mi
escoba parece inquieta,
quiere
salir de paseo,
es
sábado y yo me veo
encerrada
en la probeta.
Querido
y amado cuervo,
vuela
a casa de Merlín;
si
no está, ve en busca luego
de
mi hermana Pirulí.
¡Ay
de mí! Se me ha olvidado el conjuro
¡Ay
de mí! ¿Quién me saca de este apuro?
Ya
vengo hermana a sacarte
de
esa maldita probeta
gracias
a mi magia y artes
y
a una infalible receta
Arsénico,
ácido nítrico
Mercurio,
azufre, antimonio
Con
la ayuda del demonio
y
algún signo cabalístico
Siete
pelos de dragón
Dientes
de macho cabrío
Después
de mezclado en frío
Se
calienta en el crisol
Luego
a destilar en un alambique fino
Se
añade al final unas gotas de ricino
Ay,
Pirulí, ¿qué me has dado
en
ese frasco verdoso?
Creo
te has equivocado
y
bebí el filtro amoroso.
Permanezco
aquí encerrada,
en
mi cárcel de cristal,
para
colmo de mi mal
infeliz
y enamorada.
Pirulí,
dame
el filtro de la muerte...
Ay
de mí,
maldita
sea mi suerte”.
Presente en toda La Mancha.
Marcel
Félix
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