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Santa Lucía |
Hoy abordamos contenidos relacionadas
con la ‘mitología religiosa’, concretamente la devoción a Santa Lucía, mártir
abogada de las enfermedades de la vista, a la que se tiene especial devoción en
numerosos pueblos manchegos y a la que invocamos cuando tenemos algún problema
relacionado con la salud de nuestros ojos. La imagen de la Santa siempre va
identificada por sus atributos que la hacen fácilmente reconocible: la palma
martirial y la bandeja con los ojos que hace referencia a una de las formas de
martirio que la aplicaron. Es por ello que muchos lugares se acogen a su
patrocinio celebrando su fiesta en la que se realizan una serie de rituales de
gran trasfondo antropológico, y que muchas veces se mezclan con el campo de las
supersticiones. Estas son algunas tradiciones de nuestros pueblos:
La devoción a Santa Lucía y su fiesta en
Gerindote (Toledo). De siempre la Santa en este pueblo toledano ha recibido
especial veneración. Es un fenómeno que no sólo se adscribe a la propia
población sino que se extiende por otros puntos de la comarca que acuden hasta
la iglesia de San Mateo, donde se venera la imagen, para pedir su protección.
La Santa porta un exvoto de plata con forma de bandeja con unos ojos, que cada
año en el día de su fiesta los fieles besan o se acercan a los ojos para pedir
que les ayude a prevenir males en la vista. Además, cada 13 de diciembre
después de la procesión en la que la Santa rodea la iglesia por el exterior, se
da a besar una reliquia que este pueblo posee de Santa Lucía, aspecto relevante
que demuestra que es grande la devoción que siempre se la ha tenido. Hasta
Gerindote acuden gentes de los pueblos vecinos a venerar a la Santa, recuerdo
cuando era niño que tras haberse sometido mi abuelo a una operación de la
vista, mi abuela ofreció ir andando desde Torrijos hasta Gerindote y escuchar
misa ante Santa Lucía. Los tres fuimos andando y cumplimos con la promesa.
En La Puebla de Almoradiel (Toledo), la imagen de Santa
Lucía se venera en la ermita de Santa Ana. Goza de especial devoción entre los
almoradienses que cada 13 de diciembre acuden para cumplir con un rito muy
peculiar y propio de esta localidad: la tradición de “restregarse” el manto por
los ojos para que la santa conserve la vista. Es curioso porque en este caso la
Santa va revestida con un bonito manto rojo que adquiere ese tinte de milagroso
y al que los vecinos de La puebla tienen un cariño especial. La ermita
permanece abierta durante todo el día para que los devotos acudan a visitar a
la Santa y a cumplir con esta tradición.
La fuente de Santa Lucía de Las Ventas con
Peña Aguilera.
Esta localidad monteña de la provincia de Toledo tiene señalado como especial
el día 13 de diciembre en su calendario. El día de Santa Lucía es fiesta local
por la gran devoción que se tiene en este pueblo a la santa siracusana. En Las
Ventas cuenta con ermita propia a la que hay adosada una fuente cuyas aguas
poseen un carácter curativo para los males de la vista. Ya en las Relaciones de
Felipe II se recogía este hecho de la siguiente manera: “e ansi mismo hay una ermita de Señora Santa Lucía, de la cual hay un
testimonio en que se cuenta que la gloriosa santa, en tiempos pasados, se
apareció a una mujer por dos veces y le dijera que certificase y avisase a la
justicia que a la sazón era, que fuesen a cierta parte que señalo, y que allí
cavasen, y que luego hallarían una fuente y que, sobre ella, le hiciesen una
ermita que se diga Santa Lucía, y que la dicha mujer lo denunciara a la
justicia, y fueran adonde les dijo y cavaron y hallaron luego la dicha fuente,
y allí se hizo la dicha ermita, la cual es principal y muy devota y el agua de
la dicha fuente es agua que hace muy gran provecho para la vista de los ojos”.
Por ello, los venteños encienden hogueras de tomillo la víspera de la fiesta
por todo el pueblo con el fin de honrar a la santa.
La tradición de “ahumarse los ojos” en las
hogueras de Santa Lucía en Fuente el Fresno (Ciudad Real). Los vecinos de
Fuente el Fresno mantienen la creencia de que si ahúman sus ojos en las
hogueras de tomillo que se encienden los días 12 y 13 de diciembre, quedarán
preservados de cualquier mal de la vista por intercesión de Santa Lucía.
Santa
Lucía bendita
La de
los ojos hermosos
Si la
envidia fuera tiña
Cuantos
hubiera tiñosos
Así cantan los naturales de Fuente el
Fresno a Santa Lucía con motivo de sus fiestas, que celebran cada 12 y 13 de
diciembre. Y es que este pueblo manchego profesa especial devoción a la Santa
que es abogada de la vista, aspecto que está estrechamente unido a varios de
los ritos que tienen lugar con motivo de esta celebración.
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Los Tomillos. Bajada de Santa Lucía a Fuente el Fresno |
Las fiestas y romería de Santa Lucía
en Fuente el Fresno también son conocidas con el nombre de “Los Tomillos” por
ser esta planta aromática la protagonista de las hogueras que en esos días se
encienden. Manda la tradición que cada 12 de diciembre hay que salir al campo a
recoger el tomillo que por la noche arderá en las hogueras. Estas arden en la
noche del 12, la víspera, y en la noche del día 13, festividad de Santa Lucía,
siendo más habituales estas últimas. Aunque los fuenteros echan las luminarias
en las puertas de sus casas, cada año hay dos hogueras oficiales que se
encargan de encender los dos tomilleros o mayordomos. Éstos son una parte
fundamental de la fiesta, son fuenteros que en cumplimiento de una promesa
hecha a la Santa se apuntan en las listas para poder llegar a ostentar este
cargo. La del tomillero es una figura que surge en los años 80 del siglo pasado
a imitación de los mayordomos de Santa Quiteria, Patrona de Fuente el Fresno.
Ya en los 90, debido a la larga lista de espera se acuerda que sean dos
tomilleros en lugar de uno. Uno enciende la hoguera el 12 y otro el 13 por la
noche después de la romería, y en ambas reparten la tradicional limoná y
pastas, amenizado con música.
La peculiaridad de estas hogueras de
Fuente el Fresno es que, al igual que en otros puntos de nuestra Región, se
lleva a cabo un rito relacionado con el fuego, más en concreto con el humo que
desprenden las hogueras. Manda la tradición que hay que “ahumarse los ojos” en
ellas para así prevenir enfermedades de la vista por la intercesión de Santa
Lucía. De esta manera los fuenteros cumplen con esta costumbre de pasar por la
hoguera y dejar que el humo penetre en los ojos. Llama la atención el carácter
“renovable” de este rito, a la vez extensible para otros muchos que tienen
lugar en nuestros pueblos, pues se dice que cumpliendo con esta costumbre la
vista queda protegida durante el año próximo, lo cual quiere decir que al año
siguiente habrá que volver a ahumarse los ojos para prolongar esa gracia.
También en relación a esa protección de la vista, en Fuente el Fresno con
motivo de esta festividad se elaboran los “panecillos de Santa Lucía” que el
párroco bendice, y que son tomados como algo sagrado que igualmente guardará al
que los posee de cualquier mal relacionado con la vista. Estos panecillos
llevan además una marca en forma de ojos, lo que les confiere ese carácter
protector. Según cuenta José Luis Vera, antiguamente los elaboraban las
modistas del pueblo por ser Santa Lucía la patrona de este gremio; en la
actualidad los elaboran los tomilleros.
Otro aspecto curioso de esta tradición
es la existencia de dos imágenes de Santa Lucía: la “nueva” y la “vieja”. Ésta
última es la que se encuentra todo el año en la ermita del cerro, y la que se
baja a la parroquia para rezar el novenario. El día 13 tiene lugar la Función,
y acto seguido la imagen es subida en procesión al cerro de la ermita donde
tendrá lugar la romería. Las mujeres por norma general son las encargadas de
subir a la Santa. Allí tiene lugar la comida donde los fuenteros degustan
productos típicos de la matanza así como las tradicionales gachas de pitos.
Llegada la tarde, la imagen retorna al pueblo, esta vez a hombros de los
jóvenes y al son de alegres canciones.
Los cantos son otro punto importante
de la fiesta. Lo típico es que se canten en las hogueras al son de la zambomba
por la proximidad de las Pascuas, cosa que en los últimos años se está
perdiendo. En la actualidad las coplillas se cantan en la comida en el cerro y
en la procesión de bajada en las paradas que se hacen. Reproduzco algunas de
ellas de carácter religioso y profano:
“El
ocho la Concepción
Y el
trece Santa Lucía
Y el
vinticinco del mes
Parió
la Virgen María”
“Eché
un limón a rodar
Y en tu
puerta se paró
Y hasta
los limones saben
Que nos
queremos los dos”
“Madre
yo me muero moza
Sin
catar el chocolate
Hágame
usted una cazuela
Siquiera
pa que lo cate”
La costumbre de ofrecer exvotos de cera a
Santa Lucía.
En muchas de las iglesias de nuestra Región, en las que se venera una imagen de
Santa Lucía, no nos será difícil encontrar exvotos de cera en forma de ojos,
que han sido ofrecidos a la santa en acción de gracias por haber intercedido en
alguna situación complicada relacionada con algún problema de la vista.
Estos ejemplos son una muestra de la
gran cantidad de ritos y costumbres existentes en La Mancha en relación a la
protección de la vista por intercesión de Santa Lucía.
textos: Jesús Del Castillo Martín
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