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MITOS Y SUPERSTICIONES MANCHEGAS: LA NOCHE DE SAN JUAN

Moras y Encantadas salen de sus cuevas la Noche de San Juan
La noche de San Juan es, en origen, la celebración pagana que da la bienvenida al solsticio de verano y que el cristianismo adaptaría más tarde. La fiesta de las populares hogueras se celebra en la medianoche del 23 al 24 de junio, marcando la fecha en que, según la Biblia, nació san Juan Bautista. Según los textos sagrados, el sacerdote Zacarías mandó encender una hoguera para anunciar el feliz nacimiento de su hijo Juan. Así, el cristianismo asimiló esta tradición de origen pagano adaptándola a su calendario y quedando unida al nacimiento de Juan el Bautista.
La tradición pagana marcaba que para ayudar al sol a pasar el trance de su menor permanencia en los cielos, a partir del solsticio de verano los días se acortan, y para darle más fuerza, había que encender hogueras para animarle, y prolongar la luz. Y ese día, más ligado al 21 que al 23 o 24 de junio, estaba medido desde tiempos inmemoriales como lo demuestran los monumentos megalíticos de Stonehenge.
En su versión pagana, la noche de san Juan era una noche mágica, el momento más adecuado del año para espantar los malos espíritus, romper con lo malo del año y hacer votos por el amor y la fertilidad. Es una fiesta muy ligada al fuego, pero también al agua, sobre todo en los pueblos de tradición celta. Además, la noche de San Juan, está muy relacionada con antiguas tradiciones y leyendas españolas, como la “leyenda de la Encantada”, nombre genérico que hace referencia a un conjunto de tradiciones orales y leyendas mitológicas y que cuenta con elementos comunes como son: una joven de larga cabellera y la noche de san Juan. Estos elementos relacionan estas antiguas leyendas con las lamias, que según la mitología griega eran criaturas femeninas que asustaban niños y estaban dotadas de una gran belleza.
En La Mancha, según las creencias populares, la noche de san Juan es la noche brujeril por excelencia, la más corta del año y la que aprovechan ‘encantas’, ‘trocantas’ y otros seres mágicos para hacerse visibles y acometer sus perversidades o quehaceres. En esta noche las propiedades mágicas de personas y cosas alcanzan su cenit. Es noche sagrada desde los primeros tiempos de la humanidad, en la que eran venerados árboles y plantas. Dos eran las principales tradiciones de los pueblos manchegos en las noches sanjuaneras: curar a los herniados y recoger la simiente del helecho.
De la primera tenemos referencias en La Roda, donde, en el siglo XVII, existía la tradición de juntarse varios hombres y mujeres para llevar a un niño herniado a algún árbol cercano, preferentemente una higuera, a la que desgajaban una rama sin llegar a separarla del todo y a continuación pasar al niño enfermo varias veces por debajo de la rama desgajada. Una vez pasado el niño bajo ella, si la rama seguía unida a la higuera era señal que el enfermo curaría de su dolencia. En otros pueblos albaceteños, también con la higuera como árbol sanador, era preciso que se juntaran hasta tres parejas de Juanes y Marías para que el ritual tuviera éxito.
En Cuenca se celebraba este mismo ritual en la huerta de Juan de Ribera, pero solo funcionaba si se utilizaba un guindo y se recitaba a san Juan lo siguiente: “malo te lo doy, Juan / devuélvemelo bueno”. La forma, pero no el fondo, era algo diferente en la zona de Moya. Aquí eran dos Marías y otros tantos Juanes quienes hacían el ritual en un quejigo.
En Toledo, los vecinos de Tembleque y otros pueblos cercanos llevaban a los niños quebrados a un lugar cercano al Cristo de Urda, donde se celebraba el ritual bajo una higuera. Tal era la creencia y confianza de aquellas gentes en esta ceremonia sanadora que ni la Inquisición pudo acabar con el rito pagano.
En los Montes de Toledo se utilizaba un mimbre como árbol mágico y se recitaba la siguiente oración: “Dámelo, Pedro / tómalo, Juan / malo te lo doy / sano me lo devolverás”. En Santa Quiteria, pedanía de Alcoba de los Montes, la tradición sanjuanera era colgar prendas del familiar enfermo en el Mesto, un monumental híbrido de alcornoque y encina al que se le atribuían propiedades curativas.
En Guadalajara, la curación de herniados se hacía del siguiente modo: se elegía un roble con dos ramas gemelas al que se le daba un corte con hacha por la mitad y se desgajaban las dos ramas sin separarlas del todo. Se pasaba al niño herniado entre las ramas, mientras un Juan y una María recitaban algún tipo de conjuro. Después se ataba el árbol con cuerdas, dejando de nuevo las ramas unidas. Todo esto se hacía antes de salir el sol, con la creencia de que si sanaba el roble, sanaba también el niño o niña.
La tradición manda recoger la simiente del helecho en la noche de san Juan. Presente en los robledales húmedos de los Montes de Toledo y Sierra Madrona, es una planta con múltiples aplicaciones medicinales y muy apreciada por los hechiceros, para lo que tenía que ser recogido en la noche mágica. En numerosos procesos contra hechiceros y brujas, se les acusa de recoger esta planta a media noche. Se cree que recolectado de manera especial, el método no ha trascendido hasta nuestros días, tenía el poder de hacer invisible al recolector. La literatura clásica española nos ha dejado algunas muestras de sus poderes mágicos, como el pasaje de la Celestina en que Parmenio relata su experiencia observando como la hechicera prepara sus pociones de amor.
En 1575, Diego López, vecino de Cuenca, relataba su experiencia acompañando a un clérigo para recoger simiente de helecho en la noche de san Juan: “una vez encontrada la planta, colocaba un paño blanco debajo de ella. El clérigo se ponía una sobrepelliza y estola y echaba agua bendita alrededor diciendo Asperge me, Domine. Al rato comenzaba a leer el Evangelio de san Juan, simultaneándolo con un conjuro para aplacar tempestades, teniendo encendida una vela y en la mano una cruz y una imagen de la Virgen”. Según Diego López, la simiente del helecho así recogida era útil para encontrar tesoros escondidos, tener suerte en lances de armas, caminar sin cansarse y tener suerte en el juego y en el amor.
Además, el helecho posee diversas propiedades medicinales que se pueden aprovechar:
§  Hipotensor: ayuda a reducir la presión arterial, en algunos casos se recomienda para dolores de cabeza o casos de glaucoma. También se recomienda para reducir el sangrado en menstruaciones prolongadas.
§  Antidiarreico: ayuda a reducir y prevenir episodios de diarrea.
§  Vermífugo: excelente para eliminar lombrices y amibas que puedan haber en el tracto digestivo.
Los manchegos creen que en la noche de san Juan se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. Algunas de las creencias más comunes son:
-      Si sales a media noche y te encuentras con un gato negro es señal de mala suerte y de buena suerte si el gato es de otro color.
-      Si se sale después de medianoche con una gallina negra y se dan siete vueltas a la casa aparecerá el diablo.
-      A la primera persona que encuentres y abraces pasada la medianoche será tu pareja.
-      Si a medianoche se hace una cruz en los árboles doblarán la cosecha de frutos.
-      Si a las doce de la noche miramos la luna y después una higuera la veremos florecer.
-      La higuera y el helecho florecen esta noche. Quien tenga una de estas flores será muy afortunado.
-      Quien vea florecer la yerbabuena la noche de san Juan será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto.
-      Si se entierra un haba y se la va a ver a medianoche florecerá y dará buena suerte.
-      Si encuentras un trébol en la noche de san Juan tendrás muchas riquezas. De ahí procede la célebre coplilla: A coger el trébole /el trébole, el trébole/ a coger el trébole la noche de San Juan”.
-      Hay que lavarse las manos con agua del rio para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Recordemos que esa noche las aguas están bendecidas por el Bautista.
-      Si coges agua de la fuente en la noche de san Juan sanará la parte del cuerpo que te laves con ella.
-      El rocío de la noche de san Juan también tiene propiedades curativas.
-      Si llueve en la noche de san Juan o al día siguiente habrá cosechas abundantes.
-      Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua del rio para que den mucha fruta durante el año.
-      Si esa noche pides bajo una higuera que te corresponda la persona de quien estás enamorado se hará realidad.
-      Para aprender a tocar la guitarra o cualquier instrumento musical hay que colocarse bajo una higuera o bien en el cruce de cuatro caminos y aparecerá el diablo a enseñarte.
-      Si miras al espejo la noche de san Juan aparecerá el diablo.
-      En la noche de san Juan no debes asomarte a los pozos porque verás tu propio entierro.

Marcel Félix de San Andrés

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