Ilustración 'caballeros calatravos frente al Castillo de Calatrava La Nueva Existe en el ideario colectivo la certeza de que la otrora poderosa y admirada Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, el Temple, atesoraba, además de sus inmensas riquezas, un valioso secreto, que la condujo a su desaparición, dando así una explicación más novelesca que la despreciable avaricia de los reyes cristianos, que tanto ansiaban sus astronómicos ingresos para fortalecer su posición regia frente a la poderosa nobleza de la época. Unos hablaban de un misterioso “Bafomet”, cabeza barbada y parlante a la que adoraban, otros se referían a la custodia del Santo Grial, y hay quienes afirmaban que llegaron a encontrar documentos en las ruinas del antiguo Templo de Jerusalén, su cuartel general, que podrían hacer temblar los cimientos de la Cristiandad. La verdad es que esta orden, creada en 1118 por Hugo de Payens a instancias de San Bernardo de Claraval, nació con la finalidad de proteger a los...