LOS FANTASMAS DEL CASTILLO DEL MARQUÉS DE VILLENA
(Cocos, Fantasmas y Otros Mitos de CLM)
No sois vos quien se deba desposar con mi hermana —dijo el señor del castillo al último pretendiente que había llegado hasta Alarcón a pedir la mano de la doncella casadera que allí habitaba.
—Le puedo ofrecer mis tierras y una alianza de vecindad que vos no podéis desechar —respondió el joven sin inmutarse ante la negativa del castellano.
—Os lo repetiré por última vez. Mi hermana no va a caer bajo vuestras manos para que dilapidéis su dote y la hagáis desdichada como ya lo habéis logrado con otras doncellas de la comarca. Sabed que sé quién sois y lo que pretendéis, así como la fama que os precede. Marchaos en buena hora por donde habéis venido y que sea la última vez que vuelvo a recibir una visita vuestra con tal petición —añadió el dueño del señorío de Alarcón llamando a sus criados para que arrojasen más allá del puente levadizo al visitante.
Este abandonó el lugar meditando como podía vengar la ofensa y hacerse con la joven y, sobre todo, con su dote, dado que por sus correrías había dilapidado la herencia que su padre le había dejado. Numerosas ideas de venganza bullían por su cabeza, y una vez de regreso a casa concibió con sus criados un plan destinado a matar al castellano y llevar hasta el final sus planes.
Para ello solicitó una nueva entrevista para ‘disculparse’ e intentar por segunda vez convencer al señor de Alarcón de ser un buen candidato, y aprovechando el encuentro asesinarlo. Pero no contaba con que éste era muy querido en la comarca y que sus planes habían sido descubiertos.
No obstante, el castellano, incrédulo ante lo que le habían anunciado, accedió a un nuevo encuentro, no sin antes hacer que varios de sus criados se escondiesen en el salón donde iba a recibir al joven. Y así se hizo.
El terrateniente se postró ante el señor de Alarcón implorando su perdón por haberse comportado de una forma impertinente en su anterior visita, y cuando el castellano se acercó a él para levantarle del suelo, enarboló una daga que llevaba escondida e intentó con ella herirlo. Los criados acudieron prestos a defender a su amo, y de resultas de la pelea que se originó, el agresor cayó con el cuerpo atravesado por una espada. Su cadáver fue arrojado a un hueco de la muralla del castillo que estaba siendo reconstruida y junto a la argamasa acabó formando parte de la barbacana, manchando con su sangre alguno de los pilares del muro. Manchas que aún hoy en día cuenta la leyenda que pueden verse en esas paredes, recordando, siglos después, su traición”.
Otra leyenda que se identifica con esta construcción que hoy conforma el Parador del Marqués de Villena tiene que ver con el asalto que realizaron al mismo las tropas cristianas tras la toma de Cuenca en 1177 contra los árabes que lo ocupaban.
“Las tropas enviadas a la conquista por parte de Alfonso VIII, lo intentaron por espacio de tres años sin resultados positivos, hasta que un caballero extremeño, Hernán Martín Cevallos, escaló uno de los muros valiéndose de dos puñales, encabezando a un grupo de soldados, liberando en la refriega a varios cautivos. Una de las prisioneras, Elvira Ruiz, arrojó las llaves de la fortaleza al otro lado del muro, consiguiendo entrar en tropel todos los asaltantes. Un grupo de los musulmanes que se encontraban dentro de la fortaleza pudieron salir de ella y resistir en el llamado Pico de los Hidalgos, combatiendo valientemente a los cristianos, hasta que estos les derrotaron y pasaron a cuchillo”.
PARADOR DE ALBACETE FANTASMAS
Comentarios
Publicar un comentario