Ir al contenido principal

LOS SANTOS 'FINAOS'

'El día de los finaos andan los aparecios por los tejaos' 
Finaos, los santos finaos, los vinaos. Según un conocido refrán manchego “El día de los finaos, andan los aparecíos por los tejaos”. Son espíritus de muertos que en la noche de San Juan y en la del día dos de noviembre gustan de visitar a sus familiares, unas veces con buen propósito y otras con intención de hacerles cumplir alguna promesa.

Carlos Villar Esparza recoge este mito en su libro ‘Con Once Orejas’ y en sus artículos publicados en la Revista de Folclore nº 182, y nº 274: “son espíritus de los familiares fallecidos, viejos lémures, que salían la noche de los Difuntos, en todos los pueblos del Campo de Montiel. Se les atinaba caminando por los tejados, calles desiertas y rincones a oscuras”. En Villanueva de los Infantes creían que esa noche: “Se aparecía una persona fallecida y reclamaba una promesa que tenían que cumplir. Se recuerda que alguna de estas visiones se la vio en la pila del agua bendita o diciendo misa”.
En la España del siglo pasado, estaba tan arraigada la tradición que cuesta encontrar a alguien que no hubiera escuchado decir a sus mayores que la ‘noche de difuntos’, uno al dos de noviembre, había que quedarse en casa pues esa noche los difuntos andaban por tejados y calles arrastrando pesadas cadenas, buscando el hogar que tuvo en vida para visitar a sus familiares?
En Bolaños de Calatrava y otros pueblos manchegos estaba extendida la creencia que si había fallecido alguien en el pueblo, las campanas daban aviso de ello, no se debía cocinar ajillo o gachas porque el muerto acudía y las removía con el dedo. Había que retirar rápidamente el caldero y dejarlo para otro día. Esta creencia se conserva aún en muchos hogares manchegos.
En Castellar de Santiago se llama ‘vinaos’ a las personas recién fallecidas y se cree que tienen el poder de llamar a los vivos para llevarlos con ellos. Por su parte, los ‘Encantados de la Cruz del Aravieja’ de Albaladejo son las apariciones fantasmales que las gentes confundían con las sombras de las animas benditas, que recorren las calles recordando y reclamando promesas y fidelidades no cumplidas a sus deudos. En Santa Cruz de los Cáñamos se cuenta de cierto finao: “Uno que se murió en los trigales, parece que después se aparecía en el mismo sitio. Y a esta visión la llamaron ‘el Encanto’ o el ‘Encontrao’”.
En Bolaños hay una calle que es llamada coloquialmente ‘Calle de la Muerte, que se corresponde con la Calle del General Mola. Cuenta la tradición que en los años veinte del pasado siglo hubo una epidemia de cólera en el municipio y fue especialmente virulenta en esta calle, murieron casi todos los vecinos contagiados unos por otros. Este suceso, junto con el hecho de que allí estaba la antigua Ermita del Cristo del Calvario, y que todos los difuntos eran conducidos por esa calle para llevarlos a enterrar, hizo que se ganara el lúgubre apelativo de Calle de la Muerte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MORAS, LA REINA MORA, LAS “ENCANTÁS”

La Mora de la Peña de la Encantada de Puertollano. M. Félix E timológicamente la denominación de Mora o Moura responde a la relación del vocablo prerromano “mor” (piedras, túmulo, cerro…) y que puede corresponderse con las “morras” o poblados pertenecientes a la cultura del Bronce Manchego. A menudo confundidas con las hadas existieron en toda la geografía española. Personajes de leyenda, restos de las huestes moras que se desplazaron de sur a norte, cristianizadas o no, generalmente están encantadas. Cueva de la Mora, fuente la Mora o el paso de la Mora son topónimos frecuentes en nuestra tierra. Así en Daimiel tenemos la cueva de la Mora y el paraje de Moratalaz; en Calzada de Calatrava el arroyo y la umbría de la Mora; en Agudo la peña de la Mora; en Carrión de Calatrava el corral de la Mora; en Almadén la loma de la Tierra Mora; en Villanueva de los Infantes el cerro de la Mora y Moranzas; en Almadenejos la tabla del Moro y el baño de la Sultana; en Alhambra el molino del M...

DAMAS BLANCAS, LA DAMA DE LOS MONTES

Exposición Mitología y Superstición en La Mancha. Damas Blancas M. Félix En casi toda Europa abundan las leyendas e historias que narran la existencia de misteriosas mujeres vestidas con prendas blancas y luminosas. Estos espíritus tutelares de los bosques se conocen genéricamente como damas blancas. En general se las describe como bellísimas jóvenes, vestidas con túnicas de gasa blanca que socorren a los viajeros extraviados en la inmensidad de los bosques. Quienes las han visto afirman que tienen largas y sedosas melenas rubias, una figura esbelta y ojos azules que brillan como estrellas, llenando el alma de una paz infinita. En la mitología europea, las damas blancas son genius loci, seres que protegen un sitio en particular como es el caso de los bosques. A pesar de haber cientos de relatos sobre ellas son tutelares difíciles de ver y advertir pues, según la tradición, solo se muestran abiertamente a los nacidos en domingo y son portadores del talismán mágico y a los bebés ...

CUENTO TRADICIONAL 'EL TRAGALDABAS'

Tía Melitona y El Tragaldabas, antiguas atracciones de feria para niñ@s Érase una vez una abuelita que vivía sola con sus tres nietas. A la mayor la mandó a lavar, a la mediana a fregar y a la pequeña a buscar agua. Y para que volvieran pronto les dijo: - Cuando volváis os dejaré bajar a la bodega a comer pan y miel. Al regresar la más pequeña dijo: - Abuela, ya estoy aquí. - Está bien, puedes bajar a la bodega a comer pan y miel. Pero al entrar en la bodega se encontró con el tragaldabas que le dijo: -"Pequeña, por pequeña, no vengas acá, que soy el tragaldabas y te voy a tragar". La niña no le hizo caso y entró en la bodega. El tragaldabas hizo ¡aum! y se la tragó. Volvió la que había ido a fregar y dijo: - Abuela, ya estoy aquí. - Está bien, puedes bajar a la bodega a comer pan y miel. Corre porque si no tu hermana se lo comerá todo. Entró la niña en la bodega y el tragaldabas le dijo: -"Mediana, por mediana, no vengas acá, que...