Cuentan que hace muchos años existía en Chillón una casa con una ventana, en la que habían quedado marcados los dedos de una mujer en sus barrotes. Nadie recuerda a quién pertenecieron esos dedos, pero muchos sí conocían la historia de una mujer que pasó toda su vida asomada a esa misma ventana y repitiendo, como si de un mantra se tratara, la frase “vendrá, me ha dicho que vendrá”. La “Casa de la Eterna Espera” la llamaban, y según me contara mi abuelo, ello se debía a una triste leyenda. Ilustración para leyenda 'El Arroyo de los Muertos' En un tiempo en que no existían los automóviles y tampoco las carreteras para ir de la vieja aldea de Los Palacios de Guadalmez a su villa matriz, Chillón, se utilizaba un camino, que tras subir el Puerto de la Virgen, pasar por La Nava de Santiago, atravesar Puerto Mellado, y serpentear por los cerretes de Chillón, llegaba a los pies de la sierra de la Virgen del Castillo y a poco más, hacía su entrada en la antigua villa. Pues en...