lunes, 27 de marzo de 2017

COCOS Y ASUSTANIÑOS FEMENINOS: MARIZAMPAS, MARAUÑAS Y BRUJAS

Marizampa. Marcel Félix
La Marizampa. Las marizampas son criaturas de leyenda compartidas por ambas castillas. Presente en nuestra provincia en municipios del Campo de Calatrava: Bolaños, Almagro,
Granátula, Valenzuela, Aldea del Rey, Calzada de Calatrava…: “Son mujeres robustas, en ocasiones deformes, encorvadas y de grandes garras y rostros execrables. Viven en guaridas ocultas en bosques y humedales, de donde sólo salen cuando la desesperación las lleva a necesitar alimentarse de algún niño. Su aislamiento y su desgraciada infancia las convierten en seres rencorosos deseosos de destruir la vida de todos los niños y madres de la región. Sin embargo, en ocasiones, un instinto se despierta en su interior y algo la llama a secuestrar una niña a la que cuida bajo su deformado concepto de maternidad. Será una nueva Marizampa”.
Una informante de Almagro cuenta lo siguiente: “de pequeña, aunque no recuerdo muy bien, también nos asustaban con si no te duermes va a venir la Marizampa y te va a llevar”.
Nadie sabe cuál fue el origen de la primera Marizampa, pero se sospecha que al igual que ellas robaba niños para devorarlos. La primera Marizampa fue alguna niña perdida o secuestrada que, intentando vivir la maternidad de la que nunca disfrutó, comenzó a secuestrar niñas y a criarlas junto a ella en lamentables condiciones.
Marauña, la Mariuña. En Castellar de Santiago, perversa entidad femenina que vivía en los pozos, con largas y disformes uñas que le servían para enganchar y arrastrar a los niños.
En otros pueblos se la conoce por Mariuña o Maruña. La informante solanera: “…cuando niña, la imaginaba como un pájaro”. Una informante de la comarca de Almadén afirma “…habita en los pozos para que no se asomen los niños... la Maruña, me la imaginaba como una especie de pulpo”. En Puertollano y otros pueblos del Campo de Calatrava, “...ser acuático que amenaza continuamente a las criaturas desde el fondo de las pozas y tablas”.
Brujas. La Bruja Caperuja. Entraba en las casas y se llevaba a los niños que se portaban mal a su escondite en el bosque, los convertía (¿en animales?) o los cocinaba y se los comía. Presente en toda La Mancha. La Bruja Piruja. Coco hispano. Entraba en las casas por la chimenea y se llevaba a los niños a su casa, donde se los comía; se utilizaba para que los niños se durmiesen. Presente en toda La Mancha. La Bruja Rebruja. El poeta Tomás Segovia habla de ella en La Canción de las Brujas:
“La Bruja Rebruja montada en su escoba
por todos los rincones a la vez de la alcoba
miraba y miraba
y se le caía la baba.
Vieja revieja rebruja mujeruca
pero siempre está detrás de tu nuca
y nunca jamás ninguno la ha visto
ni el más listo relisto.
La Bruja golosa amarilla y flaca
con su ji, ji, ji
y su je, je, je
y su ja ja jaula
y su qué te como y que no te como
y enseña el meñique si estarás ya gordo”.
Presente en toda La Mancha.
La Bruja Pirulí. También la Vieja Pirulí. Coco hispano. Aparece en La Canción de las Brujas del poeta Tomás Segovia:
“La Bruja Pirulí
de día no hablaba
de noche sí
jugaba de día
de noche hacía así”.
También aparece en “La Bruja”, una canción de Vainica Doble (1970):
“Mi escoba parece inquieta,
quiere salir de paseo,
es sábado y yo me veo
encerrada en la probeta.
Querido y amado cuervo,
vuela a casa de Merlín;
si no está, ve en busca luego
de mi hermana Pirulí.
¡Ay de mí! Se me ha olvidado el conjuro
¡Ay de mí! ¿Quién me saca de este apuro?
Ya vengo hermana a sacarte
de esa maldita probeta
gracias a mi magia y artes
y a una infalible receta
Arsénico, ácido nítrico
Mercurio, azufre, antimonio
Con la ayuda del demonio
y algún signo cabalístico
Siete pelos de dragón
Dientes de macho cabrío
Después de mezclado en frío
Se calienta en el crisol
Luego a destilar en un alambique fino
Se añade al final unas gotas de ricino
Ay, Pirulí, ¿qué me has dado
en ese frasco verdoso?
Creo te has equivocado
y bebí el filtro amoroso.
Permanezco aquí encerrada,
en mi cárcel de cristal,
para colmo de mi mal
infeliz y enamorada.
Pirulí,
dame el filtro de la muerte...
Ay de mí,
maldita sea mi suerte”.
Presente en toda La Mancha.

Marcel Félix

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